Edipo Rey, de Sófocles
TEATRO Martes, 21 de julio Patio del Colegio Fonseca · 23:00h NOCHES DEL FONSECA
Teatro Noctámbulo
Edipo Rey, de Sófocles Versión: Miguel Murillo · Dirección: Denis Rafter
Entradas: 15€ |
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Edipo - José Vicente Moirón
Yocasta - Memé Tabares
Tiresias - Javier Magariño
Creonte - Gabriel Moreno
Sacerdote - Juan Carlos Castillejo
Mensajero - Camilo Maqueda
Pastor - Jesús Manchón
Criado - Francis Quirós
Tras el contacto que mantuve con Sófocles, dirigiendo Ayax y a Teatro del Noctámbulo, mi relación se estrecha un poco más con el autor a través de otra de sus tragedias, Edipo Rey, la obra magistral de Sófocles, perfecto en su estructura, sublime en su poesía y potente en su presentación de los personajes. Pero en el fondo es un cuentacuentos y la historia de un hombre, un ser humano con todo, sus virtudes y defectos. No es solo su destino ni los dioses los que le llevan a su perdición sino un defecto fundamental en su carácter como hombre, es decir, su rabia incontrolable y fulminante. Mata a un desconocido que se pone en su camino por su falta de autocontrol. Es un crimen sangriento e injusto, y el precio que tiene que pagar por este acto frenético es caro y trágico. Pero es el hombre Edipo el que nos conmueve y sus intentos de deshacer lo que ha hecho; con la aceptación de que no tiene marcha atrás asume su terrible castigo y él mismo se impone su pena. Pero ciego se ve con más claridad, y a través del sufrimiento tiene más luz. Pasando por su noche negra descubre la razón y el sentido real de la vida.
Hay bastante en común en la historia de Edipo con acontecimientos que pasan hoy día en el mundo, pero con una gran diferencia, los que abusan del poder y cometen crímenes no se arrepienten. Siempre es culpa de otros. En el caso del gran héroe griego, reconoce que la culpa solo la tiene él, ni siquiera responsabiliza a los dioses.
En mi lectura como director no voy a demostrar a través de la puesta en escena ningún paralelismo contemporáneo. No hace falta porque Sófocles lo dice todo, él ha entendido perfectamente que el hombre es universal y cualquier hombre de cualquier época, raza o religión es capaz de cometer los mismos errores, los mismos crímenes. Pero eso sí, nos muestra también su esperanza de que algún día no sea así, de que el ser humano se dé cuenta que el camino hacia la tragedia y el desastre es la maldad, mientras que el camino hacia la armonía y felicidad es la bondad.
Denis Rafter