Semana Internacional del Espacio

Semana Internacional del Espacio
Del 4 al 10 de octubre de 2015
Espacio de Cultura Científica
En colaboración con la Asociación Universitaria Supernova

Del Sputnik a la guerra espacial
Jorge Hernández Bernal, miembro fundador Asociación Universitaria Supernova
4 de octubre, 18 horas. Café El Alcaraván (Calle Compañía). Entrada libre hasta completar el aforo.

A lo largo de la historia multitud de genios han imaginado máquinas con las que alcanzar las estrellas. En 1920, el New York Times ridiculizaba las ideas del profesor Robert Goddard para llegar a la Luna, mientras al otro lado del atlántico el ejército alemán se basaba en sus publicaciones para construir el misil V2, que aterraría al pueblo inglés durante la guerra.
Y es que sólo los usos militares lograron dar rienda suelta a la imaginación de estos locos que intentaban alcanzar las estrellas cuando parecía imposible.
El 4 de octubre de 1957 la URSS lanzó el Sputnik, el primer satélite de la historia, y en EEUU sólo podían escuchar el inquietante bip, bip, bip del enemigo volando sobre sus cabezas. El espacio se convertía en un nuevo campo de batalla. Así fue hasta el 10 de octubre de 1967, día en que entró en vigor el tratado sobre el espacio ultraterrestre, que prohíbe la instalación de armas de destrucción masiva en el espacio.
Estas son las dos efemérides que cada año delimitan la Semana Mundial del Espacio. Pero, ¿Realmente hemos escapado a la guerra espacial?

 

Buscando la sombra de la Luna
Ángel Gómez Roldán, Director de la revista Astronomía
9 de octubre, 18 horas. Café El Alcaraván (Calle Compañía). Entrada libre hasta completar el aforo.

Las expediciones científicas, normalmente unidas a grandes viajes de exploración, fueron una manera habitual de ampliar los conocimientos de la ciencia en los siglos XVII, XVIII y XIX. Recordemos, por ejemplo, a Malaspina, Darwin o Cook. A partir del siglo XX, y con prácticamente todo nuestro planeta explorado, la razón de ser de las expediciones –enviar grupos de científicos en largas misiones para estudiar la geografía, flora o fauna de esos lugares– ya casi ha desaparecido. Sin embargo, todavía hay muchos fenómenos que necesitan ser estudiados y observados in situ, allá donde ocurren: en el caso concreto de la astronomía, los eclipses totales de Sol y las auroras polares, por ejemplo, únicamente se producen en momentos y lugares muy concretos. Para poder observar estos eventos, es necesario organizar expediciones a sitios habitualmente remotos.

A esta necesidad añadimos la aventura del descubrimiento y la pasión por entender el mundo, características inherentes al espíritu explorador del ser humano. Por ello, conscientes de la necesidad de potenciar estos valores, de hacer ciencia y divulgarla, y de experimentar y transmitir al público este binomio ciencia-aventura, un grupo de personas de diferentes disciplinas decidimos crear la Asociación Científico Cultural Shelios, uno de cuyos objetivos prioritarios es la promoción y organización de expediciones científicas astronómicas. En esta charla detallaremos las expediciones que desde 1998 Shelios ha venido realizando: eclipses totales de Sol vistos desde la Isla de Pascua, en las llanuras de Turquía y China, las selvas de Zimbabwe y Sudáfrica o volando sobre el Polo Sur; eclipses de Luna desde lo alto de un volcán o en las cumbres andinas; auroras boreales en los glaciares de Groenlandia e Islandia; tormentas de meteoros en medio del desierto australiano; y, la más reciente, un eclipse total de Sol desde las Islas Feroe.