Lear 25 julio 2013
TEATRO
Jueves, 25 de julio
Lear
versión de El Rey Lear de W. Shakespeare
Dirección Pepa Gamboa
Personajes
Lear Roberto Quintana
CordeliaMaría Cabeza de Vaca
Regan Amparo Marín
Gonerill Mari Paz Sayago
Gloucester Chema del Barco
Edmund Alex Peña
Edgard David Montero
Albany. Chema del Barco
France David Montero
Bufón Manuel Monteagudo
Acompañar al rey Lear no es tarea fácil. Lo han hecho -lo siguen haciendo- grandes actores y directores del mundo. Y nuestra versión, más bien libre, es imposible que esté a la altura de la que escribió el genio. No obstante serán sus palabras las que se digan, y su fábula, a pesar de pequeñas interpolaciones, la misma.
Aquí ponemos la lupa sobre las relaciones familiares, suavizando lo épico, que a veces es sombra, a veces broma. Existen demasiadas familias destrozadas por repartirse el cuidado de sus progenitores, por repartirse su herencia, antes o después de su fallecimiento.
En nuestra versión nos interesa tanto el cuidador como el cuidado. Éste último se comporta ¡tantas veces! de manera tiránica, sometiendo a los primeros a continuas vejaciones, la mayoría verbales, sin importarle el cansancio… La tropelía soez, extravagante, hiperbólica… Tras ella se pierden los buenos momentos y salen a la luz los traumas, los rencores, que se irradian ya entre los hermanos. Adán incita a Caín a matar a Abel.Y viceversa. Los cuidadores terminan entrando en una órbita sadomasoquista de culpa y desprecio hacia el progenitor. Y al poco los hermanos son ya celosos unos de otros, se comportan como estrategas de sus actos, y hacen cábalas sobre imaginarios lotes de reparto, desarrollando al mismo tiempo una dinámica agresiva hacia el anciano.
La soñada vida mejor alimenta un infierno, un viaje dantesco hacia la supuesta tierra prometida, en el que asoman ya los espejismos de traumas, fantasmas y venganzas infantiles: el cobro de lo que el otro dijo, de lo que el otro hizo. Ya todos son un “otro”. Un enemigo.
Se me viene a la mente la relación de Kafka con su padre. Según Benjamin, el padre lo quería muerto. Que Lear, al poco de empezar la obra, tiene la misma relación con sus hijas que Kafka con su padre. Y al final todo estalla de la peor manera.
En fin, una historia de soledad en nada parecida a la de Filoctetes. Lear no es el guerrero abandonado. Es el animal sacrificado, como el pavo navideño. Este es su Cuento de Navidad. Un cuento, de esas fechas, en las que uno está y no está solo. De esas cenas de familia en las que nos matamos.